domingo, 5 de marzo de 2017

Ella es...

Ella es fuego, es aire. Una fusión de ambas que se entremezclan en un baile terrible de luces y sombras exageradas.
Es en realidad cualquier cosa que sea imposible de abarcar con los brazos, cualquier cosa que no puedas tocar por mucho que pongas toda tu voluntad en ello.
Un contraste continuo entre lo intangible y lo rebelde, entre lo volátil y lo inquieto.
Una máscara de cosas extrañas que jamás se te habría ocurrido juntar, pero que cuando ves en ella, te das cuenta de que esa es su genialidad. Quizá su esencia.
Tiene los pies ligeros y los pensamientos muy locos, a veces sus ideas hacen temblar el suelo, casi tanto como cuando la música parece llevarla a unos cuantos mundos imaginarios.
Es envidiable como lo mira todo con los ojos descalzos, como lleva los ideales por bandera sin importar nada del otro lado, y como a la voz de barco viene, no sale corriendo como otro haría, sino que se queda a enfrentar a los molinos y a todo lo que le echen encima.
Ella es fuego, es aire. Como una fusión de ambas, quizá.
Pero dicen por ahí que ella es rebeldía en forma de poesía, y quizá  es por eso que yo la quiero en carne viva, como se quiere a la gente de verdad.